En el norte de Madagascar, Helvetas apoya a residentes en las proximidades de un parque nacional a mejorar sus cultivos, como la vainilla, el cacao y el café. Así obtienen un mejor sustento y ya no necesitan cortar y consumir extensiones del bosque para explotarlo con poca visión de futuro.
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Nombre del proyectoAyuda económica para la conservación
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Fase del proyecto2017 a 2020
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FinanciamientoEste proyecto es un mandato de WWF, que está cofinanciado por donaciones.
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Enfoque temáticoMedio ambiente y cambio climático
Cultivo de vainilla en lugar de cortar y quemar los bosques
Se enfrentan dos mundos en el norte de Madagascar. Un mundo compuesto por la prístina selva tropical a altitudes que van de 0 a 3000 metros por encima del nivel del mar, que brinda a sus habitantes más de 2200 especies de flora y fauna, de las cuales 538 solo se encuentran en Madagascar. En 2015, medio millón de hectáreas de esta área biodiversa constituían una zona protegida como parque nacional que es dos veces el tamaño de Luxemburgo. Ambohimirahavavy Marivorahona, como es llamada, tiene el nombre dos picos destacados.
El otro mundo en el norte es el de los agricultores que cultivan sus alimentos básicos y cultivos comerciales como la vainilla, el cacao, el café y los clavos. A pesar de su arduo trabajo, están azotados por las recurrentes hambrunas y la pobreza. Las parcelas que cultivan son pequeñas, los métodos agrícolas ineficaces y los precios que obtienen por sus productos fluctúan mucho. Por lo general ganan poco hasta con la vainilla, a pesar de los precios récord del mercado mundial, a causa de los altos costos de transacción por las largas distancias, la falta de información sobre el mercado y los altos márgenes que cobran los intermediarios. Por eso, lógicamente, recurren a la única tierra que es aún pública: el bosque, aunque esté protegido.
Por esta razón Helvetas está trabajando con el WWF para mostrar a 23.000 habitantes de nueve comunidades diferentes maneras de superar la pobreza. Los agricultores aprenden cómo mejorar la calidad de sus cultivos comerciales y obtener buenos precios por ellos. Los ayudamos a constituir cooperativas y establecer relaciones comerciales a largo plazo con los compradores. Con la guía de silvicultores, obtienen madera de los bosques, una parte para su propio uso y otra para vender, sin dañar los bosques. No solo aumentan sus ingresos, sino que también aprenden por experiencia de primera mano, que el bosque protegido aún puede servir como un recurso renovable. Y las comunidades de los pueblos están comenzando a responsabilizar a los pobladores cuando violan las normas de protección del bosque.
Las municipalidades tienen la responsabilidad de gestionar el parque nacional, pero no saben cómo hacerlo. Este proyecto de Helvetas y el WWF los apoya en la transferencia de la gestión de los bosques a grupos de nivel de base llamados Communauté de Base (COBA), cuyos miembros de las comunidades locales protegen y utilizan el bosque de manera sostenible, e incluso reforestan algunas partes del parque.
Oline Rasoanandrasana (32), agricultor de vainilla en Androfiabe, Madagascar