Puentes colgantes: accesos al mundo

Aprender de Nepal

Los viajeros en Etiopía a menudo se sorprenden de cuantas personas aquí pueden moverse a pie: los niños van a la escuela, los hombres y mujeres van al mercado, a oficinas gubernamentales o a clínicas médicas. Muchos tienen que caminar por horas solo para llegar a un camino transitable. En la ruta, a menudo cruzan acantilados peligrosos y muchos de los ríos son imposibles de cruzar durante la temporada lluviosa.

Al igual que en Nepal, Helvetas apoya la construcción de puentes colgantes sencillos para peatones en Etiopía desde 2004. Las autoridades provinciales deciden cuáles pueblos y regiones necesitan puentes, y cubren el 60% de su costo. La decisión sobre dónde construir un puente considera los aspectos técnicos y de planificación, al igual que las necesidades, los deseos y las costumbres de los pueblos circundantes. Los pobladores ayudan con la construcción. Cavan los cimientos, cortan las piedras, muelen grava y recogen arena. Forman una larga cadena humana para cargar cuerdas que pesan varias toneladas al lugar de construcción. Y, en el proceso, se apropian del puente nuevo. Cada puente colgante en Etiopía beneficia a alrededor de 10.000 y 20.000 personas, y cuesta más de $50.000 construirlo. Helvetas paga aproximadamente $20.000 del costo.

Cada año se construyen entre 10 y 15 nuevos puentes colgantes aquí, y no es coincidencia que se parezcan a los 5000 puentes colgantes de Helvetas en Nepal. Los puentes en Etiopía se construyen basándose en los métodos comprobados en Nepal. Excepto algunas labores de la organización, fueron exclusivamente los nepaleses y etíopes quienes impulsaron el programa de construcción de puentes en Etiopía. Y fueron los ingenieros y técnicos de Nepal que formaron a sus colegas etíopes en la construcción de puentes durante un programa de dos años en Etiopía, por lo cual este es un caso ejemplar de transferencia de conocimientos entre países del sur.