© Simon B. Opladen

Cambio verdadero en sus vidas

© Simon B. Opladen

Las familias retratadas de Bolivia, Bangladesh y Etiopía han salido de la pobreza en solo dos generaciones, por sus propios medios y con el apoyo de Helvetas.

Sus historias son ejemplares para el desarrollo mundial en lo que respecta al suministro de agua, trabajo y educación. Estas nos recuerdan que se está produciendo un verdadero cambio. En todo el mundo, día tras día.

Verdadero cambio en Bolivia

Familia Caraballo: todos los días, agua de su propia canilla

"El fracaso solo sucede cuando se dejan de intentar cosas nuevas", dice Teófilo García Caraballo. El boliviano y su familia son osados y prueban muchas cosas. Así surgieron las cañerías de agua y el sistema de riego, gracias a lo cual la familia hoy bebe agua limpia y cosecha fruta.

Descubra el reportaje multimedia sobre la familia Caraballo.

Verdadero cambio en Bangladesh

Familia Chakma: establecer y realizar objetivos profesionales

Gracias a los dos ingresos, la familia Chakma ha dejado atrás la pobreza. Tienen una casa modesta y saben que tendrán comida en los próximos meses y años. Ahora pueden involucrarse en el futuro económico, político y cultural de Bangladesh.

Verdadero cambio en Etiopía

Familia Kebede: agua limpia y más tiempo para la escuela

La abuela, Kassanesh Kebede, tenía que ir a buscar agua casi todos los días de su vida. Era parte de la vida diaria de las mujeres y niñas de la aldea. Fue dada en matrimonio a los ocho años y tuvo su primer hijo a los 17. La habría gustado asistir a la escuela, pero sus padres la necesitaban para trabajar en casa. Por eso, Kassanesh iba todos los días a la laguna para recoger agua para su familia.

Era agua sucia que enfermaba a los que la tomaban. Así transcurrían los días, hasta que hace dos años y con ayuda de Helvetas, personas en la aldea de Meha Kebele en el norte de Etiopía se unieron para cavar un pozo e instalar una bomba de agua. Ahora Kassanesh, su hija Genet y todas las demás mujeres y niñas de la aldea pueden bombear agua limpia del pozo para beber, cocinar y lavar. Ya no tienen que ir lejos de la aldea, así que tienen tiempo para otras actividades. Por ejemplo, asistir a la escuela. Según Unicef, la asistencia escolar es un 15% mayor cuando los niños tienen acceso a agua potable limpia.

La nieta de Kassanesh, Yemaralem Derese, de 12 años, cursa su sexto año de la escuela primaria y es una buena estudiante. Su asignatura favorita es “La humanidad y el medio ambiente”, en la que también tiene buenas calificaciones, para alegría de su familia.

Verdadero cambio en cifras

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