Bolivia - 21. abril 2019

Nueve poblaciones pequeñas reducen contaminación de la basura

Hubo cambio de actitud de autoridades y de la población: la gente separa la basura, reutiliza y cuida el alcantarillado

Página Siete 21/04/2019.- Un informe de Helvetas Swiss Intercooperation señala que también hubo cambio de actitud de autoridades y de la población: la gente separa la basura, reutiliza y cuida el alcantarillado. En el periodo 2014-2017 nueve poblaciones pequeñas o ciudades intermedias del país en igual número de municipios del país lograron “niveles interesantes” en la sostenibilidad integral o dicho de otro modo disminuyeron la contaminación ambiental provocada por la basura.

El proyecto Gestión Ambiental Municipal, en su primera fase (2014-2019), fue ejecutado por Helvetas Swiss Intercooperation, Aguatuya y CSD Ingenieros, con el apoyo de la Cooperación Suiza en Bolivia. El proyecto se concentró en la sostenibilidad de servicios de residuos sólidos y tratamiento de aguas residuales en ciudades pequeñas, de 10.000 a 100 mil habitantes.

Un informe de Helvetas señala que el proyecto trabajó en 19 municipios de tres regiones: Valle Alto de Cochabamba, Chaco chuquisaqueño y tarijeño, y Chichas en Potosí. La implementación local estuvo a cargo de Aguatuya en el Valle Alto, EPSA Manchaco Social en el Chaco y la Mancomunidad de Municipios de los Chichas al sur de Potosí.

Los nueve municipios que lograron la sostenibilidad integral, son: Arbieto, Capinota, Cliza, Punata y Tolata, todas en Cochabamba; Macharatí  y Muyupampa, las de Chuquisaca; Villamonte de Tarija y Villazón, de Potosí.

Los nueve municipios que lograron “niveles interesantes” en la sostenibilidad integral de sus servicios, lo que representa el 68% de la población de cobertura, 137 mil de 202 mil habitantes. Cuatro municipios adicionales mostraron evolución muy positiva que implica alcanzar sostenibilidad en un futuro mediato. Sin embargo, la mayoría de los municipios percibe que, en estos últimos tres años, han tenido un desarrollo progresivo en la sostenibilidad de sus servicios.

La reducción de la contaminación, que fue medida a partir de la proyección de disminución de los Gases de Efecto Invernadero (GEI) fue paulatina: de 78.351,77t/CO2 proyectadas en 2015 a 37.000t/CO2 proyectadas en 2018. En realidad, señala el estudio, a más infraestructura para el tratamiento de aguas residuales y disposición final de residuos sólidos, la presión en la generación de gases de efecto invernadero, particularmente metano, se incrementa. Sin embargo, la realización de actividades como el compostaje permite reducir estas emisiones.

Diez municipios cuentan con aguas residuales tratadas de acuerdo con disposiciones de la norma nacional. Para medir este indicador, explica, se consideraron tres criterios: que el municipio cuente al menos con una planta de tratamiento de aguas residuales en funcionamiento, que esta planta realice al menos dos tipos de tratamiento del agua residual recibida y que los valores de “demanda química y bioquímica de oxígeno” (DBO, DQO) se encuentren en los parámetros establecidos en la norma: calidad de servicios de gestión ambiental y corresponsabilidad social y cambio de comportamiento.

En el primer caso, según el documento, la situación ambiental en las zonas donde trabajó el proyecto se caracterizaba por la deficiente cobertura en el recojo, mala disposición de los residuos sólidos, presencia de basurales en las zonas periurbanas de las ciudades, calles de tierra sin limpiar y botaderos a cielo abierto generando una serie de impactos negativos en la población, así como en el suelo, el aire y las fuentes de agua. Se tiene una amplia cobertura del servicio de alcantarillado, pero sin tratamiento o mínimo tratamiento de las aguas residuales que contaminan los cuerpos de agua o son reutilizadas directamente para riego.

Tratamiento de aguas negras

Al final de la primera fase del proyecto, 14 municipios tratan sus aguas residuales adecuadamente alcanzando el 75% del total de las aguas residuales recolectadas, añade el informe. Se construyeron cuatro nuevas plantas de tratamiento de aguas residuales en Capinota, Macharetí, Muyupampa y Cliza y se rehabilitaron seis, en Monteagudo, Villa Montes, Boyuibe, Villazón y dos en Cliza. Estas obras benefician a un total de 143 mil personas de estas regiones.

Se desarrollaron 22 preinversiones de acuerdo a normativa, las cuales deberán ser gestionadas con el nivel nacional y otros fondos para consolidar recursos que permitan su ejecución en el mediano plazo. Se tiene una adecuada operación de las plantas que poseen variedad de tecnologías validadas y que han permitido  el reutilización para riego de viveros municipales, espacios verdes locales y producción agrícola.

Gestión  de residuos sólidos

La gestión integral de  residuos sólidos implica soluciones a medida para cada gobierno local para que ayude a que su cadena de servicio funcione de manera más efectiva y eficiente. En algunos casos se brindó apoyo en mejoras en la recolección, en otros casos en el transporte o en la adecuada disposición final de los mismos.

Se promovió la reducción en la generación de residuos (como elemento de corresponsabilidad social y empresarial). A nivel del tratamiento de residuos se buscó que los servicios se establezcan, se institucionalicen y se hagan evidentes para los usuarios.

El proyecto respaldó con éxito la búsqueda de soluciones regionales e intermunicipales. Facilitó, entre otros, el desarrollo de la visión y las líneas estratégicas de la Mancomunidad de Valle Alto para la gestión integral de los residuos sólidos, así como un acuerdo entre los municipios de Villa Montes y Macharetí para el uso del relleno sanitario Villa Montes. Se espera que en el futuro soluciones eficientes como éstas se puedan seguir desarrollando en el país, a partir de dichas experiencias. Algunos datos indican la pertinencia de este proyecto, que concluyó su primera etapa, muestran que el 90% de los residuos son depositados en botaderos a cielo abierto.

Aguas residuales recolectadas  son evacuadas sin tratamiento

En cuanto a los sectores de aguas residuales y residuos sólidos, un estudio comparativo de 2013 estimó que el 70% de las aguas residuales recolectadas en Bolivia son evacuadas sin tratamiento, señala el informe de  Helvetas Swiss Intercooperation. De una muestra realizada entre el 2010 y el 2011 de 78 plantas de tratamiento de aguas residuales analizadas, se evidenció que el 37% de éstas no funcionaban (no ingresan las aguas residuales o no había efluente) y de aquellas que sí funcionaban, sólo el 5% logró la remoción de la materia orgánica. Por lo tanto, hay una fuerte contaminación de los cuerpos que reciben las  aguas residuales. Esta contaminación afecta la salud  y alimentación de las personas.

Disposición final

El servicio de recolección de residuos sólidos alcanza al 82% de la población de las tres regiones en las que se desarrolló el proyecto entre 2014 y 2017; 12 municipios tienen una cobertura mayor al 80%.

Se ha incrementado la calidad y la regularidad del servicio, gracias a la adquisición de equipo y equipamiento  de buena tecnología y una mejor planificación del barrido y de las rutas de recolección de los camiones. En esta primera fase se construyeron o rehabilitaron cincos infraestructuras para disposición final de residuos sólidos, como resultado, el 53% del total de los residuos recolectados en los 19 municipios donde trabajó el proyecto, son recolectados y depositados en rellenos sanitarios (mecanizados o manuales) beneficiando a 142 mil personas, superando así la meta de 50% a alcanzar mediante el proyecto en su primera etapa.

Corresponsabilidad y cambio de actitud

El proyecto ha alcanzado sus metas de corresponsabilidad en la gestión ambiental mediante mecanismos innovadores de comunicación/educación ambiental, que se reflejan en la acción de autoridades y técnicos municipales, empresas prestadoras de servicios, organizaciones sociales y vecinales, comunidades escolares, vendedores de mercados, y principalmente de las familias.

La corresponsabilidad es entendida como la responsabilidad compartida entre dos o más personas, pero dependiendo del rol que se ejerza en la sociedad puede recaer más en unos que en otros, por ejemplo en autoridades. De la población se esperaba el cumplimiento de prácticas ambientales y en esta fase de proyecto se priorizó la separación y el aprovechamiento de los residuos mediante la metodología de cambio de comportamiento denominado Ranas.

Un poco más de la mitad de la población  (100 mil habitantes) realiza al menos dos comportamientos: separa el 52%, aprovecha el 41,6%  y cuida el alcantarillado el 75,8%, con los residuos sólidos generados en los domicilios y hace uso adecuado del alcantarillado.

El 100% de las direcciones distritales de educación autorizaron a las escuelas la atención del tema ambiental, mediante el diseño e implementación de los Proyectos Socio Productivos. El 60% de las escuelas en las regiones donde se ejecuta el proyecto realizan al menos un tipo de acción ambiental: separan los residuos, aprovechan los residuos sólidos, realizan campañas de limpieza en el municipio y conforman brigadas infantiles o juveniles. En el caso de Villazón el 100% de las escuelas entre 2017 y 2018 trabajaron sus PSP con temas de gestión ambiental.

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Fotos: Gestión ambiental municipal